Y ¿Que se merece más la mejor madre del mundo?, que para eso es la mía, que una tarta dorada.
En esta especial ocasión nos esmeramos con dos bizcochos, uno de vainilla y frutos del bosque y otro de chocolate, con un relleno de crema de chocolate y avellanas, que gustaron a toda la familia. No pudieron resistirse ni los menos golosos.
La decoración fue un fondant dorado sobre el que colocamos una rosa roja y tres negras en el centro y una filigrana en el contorno en forma de corazones y flores en glasa negra coronadas con perlas doradas.
Felicidades Mama!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario